Está claro que las tecnologías son muy positivas porque han
hecho más cómoda la vida del hombre. Desde un punto de vista laboral y
profesional, cualquier ser humano puede estudiar online, buscar trabajo, leer
el periódico, consultar las bolsas de empleo, tener un blog…
Sin embargo, las tecnologías también están produciendo un
efecto menos positivo a nivel intelectual que es la concentración parcial. A
los jóvenes de hoy día cada vez les cuesta más concentrarse plenamente y al
cien por cien en los libros porque han interiorizado la costumbre de vivir
pegados a una pequeña pantalla, ya sea la televisión, el ordenador, el teléfono
móvil…
Los estudiantes de hoy tienen que hacer gran esfuerzo para
resistirse a la tentación de mirar las novedades de su cuenta de Facebook
mientras que están estudiando. Pero además, esta concentración dispersa también
viene de la mano de la sociedad de las ocupaciones en la que muchas personas se
acostumbran a hacer más de una cosa al mismo tiempo. Sin embargo, la mente no
puede concentrarse de verdad en dos objetivos a la vez, al menos, cuando uno de
esos objetivos requiere un nivel de dedicación plena. Este es el caso de la
preparación de un examen o cualquier tipo de objetivo intelectual.
La concentración dispersa muestra que mientras estamos
centrados en estudiar podemos no estar totalmente concentrados al tener en
mente un montón de pensamientos vinculados con la supuesta necesidad de estar
conectados a las nuevas tecnologías.
La tecnología puede resultar un fenómeno productivo si se
lo utiliza controladamente. De lo contrario, puede resultar una adicción
incontrolable. La tecnología influye en la adolescencia de una forma
particular. Aunque hay una tendencia a que esta respuesta sea igual para muchos
casos, pueden haber excepciones, pero es cierto que la mayoría tiene por lo
menos una adicción a la tecnología. Muchos adolescentes se dejan llevar por las
nuevas tendencias, por ejemplo por las nuevas redes sociales como Facebook o
Twitter sin usarlas correctamente desperdiciando desmesuradamente su tiempo.
Aunque hay adolescentes que consideran el uso excesivo de la tecnología un
fraudulento espacio para desenvolverse, cabe destacar que la mayoría no suele
pensar de este modo.
Los celulares son el caso típico de una adicción
desmesurada, ya que los adolescentes se pasan todo el tiempo leyendo mensajes o
estando en Internet, o chateando por esta gran red con sus amigos. Los juegos
de los celulares también pueden causar un deseo de estar mucho tiempo con este
dispositivo.
Otro claro ejemplo es el uso de la computadora
para conectarse a Internet. Los adolescentes pueden pasar mucho tiempo jugando
a juegos online y esto puede causar muchos daños en estos individuos debido a
que no se pueden autocontrolar. Puede ser más grave de lo que realmente parece
ya que no es lo mismo la mentalidad de los jóvenes de hace 30 años, que la que
tienen los adolescentes de ahora con los nuevos adelantos tecnológicos.
Definitivamente, hay una nueva forma de pensar que está relacionada con las
innovaciones que se fueron presentando desde estos últimos 10 a 5 años.
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¿Cómo influye la tecnología en la adolescencia?
También otra gran adicción proveniente de la influencia de
la tecnología en la adolescencia está vinculada con las consolas de video
juegos tales como la Xbox 360 o la PlayStation 3. Los jóvenes están mucho
tiempo jugando a estos juegos y no se dan cuenta de lo valioso que es el
tiempo. No digo que esté mal jugar a este tipo de consolas, pero de forma
excesiva lo está.
Entonces, se puede decir que las personas de esta pequeña
edad, no encuentran sus límites para poder enfrentarse con la tecnología que tanto
los atrapa. El mundo de las nuevas innovaciones se presenta ante la
insuficiente experiencia de las personas que se ven sorprendidas en cada
momento por los avances de la tecnología.